La refracción ocular se basa en el estudio de cómo penetra, atraviesa y se proyecta la luz en el ojo consiguiendo que las imágenes se formen sobre la retina.
Cuando la refracción es normal -aquella característica de un ojo emétrope o sin dioptrías-, los rayos de luz atraviesan la córnea y el cristalino y se enfocan sobre la retina, creando una imagen nítida.
Sin embargo, es muy frecuente que se produzcan defectos de refracción que provocan una visión borrosa de los objetos situados a diferentes distancias. Estos defectos refractivos suceden cuando los rayos de luz se proyectan en distintas posiciones de la retina: delante de esta, detrás, o en varios puntos.
En función de las variaciones en la proyección de los rayos de luz sobre la retina, podemos encontrar diferentes defectos de refracción.
Tipos de defectos de refracción
- Miopía: la miopía se caracteriza por provocar la visión borrosa en distancias lejanas. Se trata de un defecto refractivo causado por el hecho de que los rayos de luz se proyectan por delante de la retina.
- Hipermetropía: este defecto refractivo provoca la visión borrosa en distancias próximas. Así, en el caso de la hipermetropía, que ocurre cuando los rayos de luz se proyectan por detrás de la retina.
- Astigmatismo: en el caso del astigmatismo la visión borrosa puede darse en diferentes distancias. Este defecto refractivo se ocasiona porque los rayos de luz se proyectan en varios puntos de la retina.
¿Sabes cómo se detectan estos defectos refractivos? ¡Pues claro! A través de los exámenes de refracción. Encuentra información sobre ellos en este post.