La cirugía refractiva es un procedimiento encargado de corregir los defectos de refracción, es decir, aquellos problemas visuales más habituales. Sin embargo, en función de las características o situación de cada paciente, hay ocasiones en las que no es aconsejable llevar a cabo esta operación.
Te contamos en qué circunstancias se desaconsejan estas intervenciones, cuándo es mejor posponerlas y cuándo es el momento idóneo para realizarlas. ¡Sigue leyendo!
En qué ocasiones se desaconseja la cirugía refractiva
- La cirugía refractiva no está recomendada en pacientes diabéticos, con enfermedades autoinmunes o cuya medicación pueda alterar el proceso de cicatrización.
- Tampoco se pueden operar las córneas demasiado finas.
- No tener patologías concomitantes como estrabismos, ambliopías, ojo único o ectasias corneales (como queratoconos).
- Los límites aptos para la intervención con cirugía láser están entre las 10 y las 12 dioptrías y es del todo imprescindible contar con unos ojos sanos, sin patologías previas de retina o de córnea. Descubre en nuestro post más sobre los problemas que ocasiona, por ejemplo, la miopía magna.
Cuándo es mejor esperar para realizarte una cirugía refractiva
- En pacientes menores de edad o con una graduación que aún no es estable.
- En pacientes embarazadas o que estén amamantando, ya que los cambios hormonales derivados de estas fases pueden provocar problemas visuales transitorios.
El mejor momento para realizarme una cirugía refractiva
Entonces, ¿cuáles son los requisitos para poder someterte a una cirugía refractiva? ¡Te los contamos!
- Perdonas mayores de 21 años con una graduación estable.
- Personas que se hayan sometido a un examen oftalmológico completo con las pruebas necesarias en relación con la operación.
- No encontrarse en una de las circunstancias comentadas anteriormente.
¿Tienes dudas? ¡Consulta a tu profesional de la salud de confianza! Además, te recomendamos leer nuestro post Cirugía refractiva: lo que debes saber antes de decidirte.