“Los niños no deberían acercarse a las pantallas hasta que cumpliesen los siete años”, esta es una de las firmes recomendaciones que explica Lluís Bielsa, óptico-optometrista y vicepresidente de Visión y Vida tras la presentación del informe “El estado de la salud visual de los adolescentes en España” 2023, realizado en colaboración con Fundación Mapfre y Correos Express.
Este estudio demostró también que la mitad de los jóvenes de 12 a 16 años cree que ve mal y el 29,6% es miope. Además, desde 2017, en promedio, a estos adolescentes les ha aumentado su graduación en dos dioptrías.
Por otra parte, muchos están entrando en valores de riesgo por la graduación que alcanzan. Hay que tener en cuenta que la miopía magna (+ de 6 dioptrías) se considera una patología y requiere de una revisión anual por parte del oftalmólogo.
En la muestra estudiada, en estos cinco años, ha pasado de afectar al 1.3% en 2017 a alcanzar el 8,2%, en promedio de los dos ojos en 2023.
Las pantallas están modificando el uso de la visión de los más pequeños, llevándonos a esta situación de incremento de la miopía a edades más tempranas. Es importante destacar que la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha declarado la miopía cómo la pandemia del siglo XXI.
¿Y qué podemos hacer para minimizar los efectos negativos del uso temprano de pantallas?
Siete razones por las que no deben usarse las pantallas antes de los siete años:
- Mirar la pantalla requiere, por la distancia tan corta donde esta se sitúa, un importante esfuerzo de centrado (convergencia) y de enfoque (acomodación) de los ojos que es contraproducente en un sistema visual inmaduro.
- En condiciones naturales de lectura, la luz ilumina el texto por delante y no desde detrás como sucede con las pantallas retroiluminadas. Este efecto provoca incomodidad y tensión en la lectura.
- La visualización intensa y prolongada, por parte de los niños y niñas de las pantallas, penaliza la visión tridimensional, el mundo visual se hace plano .
- Mirar de manera continuada de cerca estímulos pequeños y en un plano restringido, provoca una hiperestimulación del campo visual central, desequilibrando la consciencia visual general del espacio.
- El uso prolongado de pantallas, junto con la falta de actividad al aire libre, es uno de los factores que favorecen la aparición de miopía.
- Las reducidas dimensiones de las pantallas determinan una restricción de los movimientos oculares de alta amplitud, la motilidad ocular queda limitada por los bordes de una pequeña área.
- Al mirar las pantallas, disminuye la frecuencia de parpadeo, incrementándose la sequedad ocular, con lo que aparecen molestias y se reduce la calidad visual.
Limitar al máximo el uso de pantallas, incrementar las horas de juego al aire libre y estimularlos en la práctica de juegos de mesa les permitirán un mejor desarrollo y madurez de su sistema visual.