La aniridia es una enfermedad que se caracteriza por la ausencia total o parcial del iris (que forma la pupila) y puede darse por un traumatismo o defecto genético.
¿Qué síntomas produce la aniridia?
La aniridia provoca que la pupila sea más grande de lo normal o con una forma irregular. La visión puede reducirse hasta en un 20% y este problema se detecta en los primeros días de vida. Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Fotofobia: La falta del iris hace que se tenga dificultades para controlar el paso de la luz.
- Glaucoma [Qué es el glaucoma y cómo se detecta]:Las personas que padecen aniridia pueden también sufrir glaucoma, el conocido como “ladrón silencioso de la visión».
- Cataratas
- Nistagmus: Movimientos involuntarios de los ojos que dificultan fijar la vista.
¿Qué causas tiene la aniridia?
Por un lado estaría la congénita o hereditaria que se produce en la formación del ojo durante el embarazo. Es dominante, lo que quiere decir que con solo uno de los padres padezca esta enfermedad el niño tiene muchas probabilidades de contraerla.
Por otro lado tenemos el esporádico, en el que ningún familiar tiene antecedentes y puede aparecer de forma inesperada.
¿Se puede prevenir la aniridia?
La respuesta es no. Se recomienda que al niño con esta enfermedad se le hagan unos análisis y seguimientos para detectar el nivel de gravedad del problema e intentar reducir los problemas que le pueda ocasionar a largo plazo.
¿Cómo se trata la aniridia?
No hay un tratamiento específico para esta enfermedad, aunque sí alguna solución:
- El uso de gafas con filtros fotocromáticos evitan que el ojo sufra de fotofobia porque se oscurecen cuando hay luz solar y así compensa el hecho de no tener iris.
- Microcirugía ocular: Permite reconstruir el iris y la formación de una pupila.