El ojo seco, también llamado síndrome del ojo seco, es un problema visual muy frecuente entre la población producido porque el ojo produce menos lágrimas de las necesarias. Como consecuencia, el ojo no está bien humidificado ni la superficie del ojo lubricada.
Causas del ojo seco
El ojo seco o síndrome del ojo seco puede producirse por infinidad de causas, desde cambios hormonales a inflamación de las glándulas sebáceas, alergias o enfermedades autoinmunes. Es preciso distinguir el ojo seco funcional (ambientes secos, uso de lentes de contacto, contaminación, etc.) del síndrome de ojo seco (SOS) como patología crónica.
En el caso de las personas mayores de 45 años, se cree que el 60% están afectadas por esta condición, que además afecta más a las mujeres. Cuando llegamos a la franja de los 60 años vemos que el porcentaje de afectados llega al 80%.
Así, las personas afectadas por ojo seco tienen problemas para producir suficientes lágrimas, lo que genera que su ojo se seque y provoque molestias. En algunos casos, se pueden llegar a generar infecciones e inflamaciones oculares debido a la falta de protección del ojo por la no producción de lágrimas.
Síntomas del ojo seco
Entre los síntomas más extendidos entre las personas afectadas por ojo seco destacan:
- Sensación de picor en los ojos.
- Fotofobia o sensibilidad a la luz.
- Enrojecimiento de ojos.
- Problemas al utilizar las lentillas o lentes de contacto, por ejemplo, cuando se usan más tiempo del recomendado.
- Visión borrosa.
- Ojos llorosos. ¡Sí, aunque parezca una contradicción puedes leer aquí por qué tienes ojos llorosos cuando padeces ojo seco!
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