Las lentes o cristales de nuestras gafas tienden a ensuciarse a lo largo del día, ya sea por las impurezas que reciben, contaminación o incluso nuestros dedos. Aprende a limpiarlas sin dañarlas.
Limpiar las gafas con jabón líquido y agua:
Es el sistema más sencillo, barato e higiénico. Solo tendrás que:
- Enjuagar las lentes con agua tibia del grifo.
- Aplicar jabón sobre las lentes o cristales.
- Frotar con suavidad en círculos.
- Aclarar las lentes.
- Puedes dejarlas secar al aire o con una servilleta de papel o gamuza.
Limpiar las gafas con toallitas húmedas:
Es un sistema útil cuando se nos manchan y no estamos en casa, aunque siempre es mejor limpiar con agua y jabón.
Importante: si vas a optar por este sistema, sopla antes siempre las lentes, dado que si hay partículas de arena o polvo podrían rayarse.
Limpiar las gafas con paños de microfibra:
Es decir, aprovechar la gamuza que viene en tu funda de gafas para realizar esa limpieza cada vez que lo necesitemos. Es válido cuando no tenemos agua y jabón a mano, aunque siempre es necesario soplar antes y no apretar demasiado fuerte.
¿Cómo no debo limpiar las gafas?
Lo primero, y es una costumbre muy extendida, no deberíamos limpiarlas echando vaho de nuestra boca y frotando con una pieza de ropa o servilleta que tengamos a mano. El polvo y las impurezas pueden rayar nuestras lentes, aunque nosotros no lo percibamos a simple vista.